Empresas y profesionales se gastan cantidades ingentes en ver como atraer a los clientes a sus productos, su marca, su empresa.

Me acuerdo que un profesional contratado por la empresa donde trabajaba nos dio algunas charlas para mentalizarnos en formar parte de la empresa como un todo. Asumiendo los valores y objetivos comunes. En una de sus sesiones nos pregunto: ¿ Quien es vuestro jefe ?. Cada uno respondimos sobre la persona de nuestra jerarquia empresarial al que considerábamos nuestro jefe. El simplemente nos dijo: » Hasta que no seáis conscientes de que vuestro jefe es el cliente no tendréis el mayor tesoro que puede poseer un profesional, una empresa.»

Y es que el concepto de manera genérica lo hemos asimilado al que nos reporta un beneficio por la compra de un bien o servicio. Pero me gusta la definición que de cliente realiza la Real Academia de la Lengua Española ( RAE ) donde en su primera acepción dice : » Persona que compra en una tienda, o que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa » Obsérvese que dice CON ASIDUIDAD. Y es ahí donde esta la clave de la verdadera acepción de cliente. Aquel a quien le hemos demostrado nuestra profesionalidad, honestidad y eficacia en nuestro servicio. Entonces el reconoce esto y como consecuencia es nuestro cliente.

Esto tiene una servidumbre que nos reporta a su vez el afianzamiento de nuestro cliente. Olvidarnos de nuestro cliente y hacerlo servir como instrumento para ganar unas comisiones la mayoría de las veces es nuestra tumba cavada por nosotros mismos.

Pero egoístamente, podemos pensar lo que cuesta hacer a un cliente. Y dejamos que este esfuerzo inicial de contacto no se revierta en conseguir que sea nuestro cliente ?.

La honestidad la ve nuestro cliente, tal como un perro huele a quien tiene miedo de los canes. No habéis observado que quien tiene miedo de los perros, todos le persiguen?. Es porque huelen el miedo. Así los clientes huelen si estamos mas interesados en cobrar las comisiones que en cubrir sus necesidades .

Observo cada vez que voy a algún centro comercial, tienda, negocio, como se comportan los empleados conmigo y con los demás clientes. En general, me da un poco de vergüenza de manifestar que la sensación de la mayoría es que los clientes le molestan y que son un medio para ganarse su salario. Las empresas pocas veces gastan su dinero en formación de los empleados, simplemente como tratar a los clientes. Claro, después de una experiencia basada en la mala atención no volvemos a la tienda o al profesional que nos atendió .

Abogo por una política personal de tratar a los clientes como tales. Con la satisfacción de poder ofrecerles soluciones a sus problemas, de manera honesta y con la confianza que trabajando de esa manera tendremos una red de clientes que nos ayudará a conseguir nuestro salario como una consecuencia, no como un fin.

Manuel Gómez Julio 2.021.

Manuel Gómez realiza estas manifestaciones a nivel particular y no tiene que coincidir con los postulados de las empresas a las que está vinculado o desarrolla su actividad.